LA VIOLENCIA
HACIA LA MUJER EN EL CINE
INTRODUCCIÓN:
El cine, como
otros medios, ha evolucionado su
lenguaje al mismo
tiempo y ritmo
que lo ha
hecho la sociedad. También en la creación y
ajuste de estereotipos.
El tratamiento que se
ha hecho de la
mujer en el cine ha pasado por todas las vicisitudes que su invisibilidad,
dependencia o su visibilidad e independencia ha recorrido en los últimos cien
años.
Cada vez es más frecuente en el cine descubrir visiones que tienen que ver
con la situación actual de la mujer, desde puntos de vista muy dispares, existen cada vez más mujeres cineastas,
directoras y productoras,
y la sociedad
responde, y el
cine refleja, cada vez con mayor
énfasis, una forma de plantear el mundo y sus conflictos en los que la mujer es
cada vez más visible y responsable, en contra de la visión mayoritariamente
masculina y patriarcal que predomina aún en la sociedad. También desde sus
comienzos, se ha
filmado con mucha
dureza la violencia, acrecentada durante las
últimas décadas. La
violencia filmada contra
la mujer refleja una
actitud real de
la sociedad, un
documento fehaciente de la conducta humana
y al mismo tiempo una denuncia
contra esa misma situación de indefensión psíquica, física y cultural.
DESARROLLO:
Siempre se ha filmado con mucha dureza la violencia,
pero estas últimas décadas se ha amplificado aún más. Y es que, en definitiva,
la violencia filmada contra la mujer es un reflejo de la actitud real de la
sociedad, un documento fehaciente de la conducta humana y, a
la vez, una denuncia
contra esa misma
situación de indefensión
psíquica, física y cultural. Todo
se ha filmado, incluso la justificación de esa violencia... pero lo cierto es
que, en muchas ocasiones, el cine, con sus duras imágenes, saca a relucir una
situación en la que
el espectador por
sí mismo puede
extraer sus propias
conclusiones:
Generalmente negativas al maltrato a la mujer en lo
referido a la violencia física, aunque no tanto, o mucho menos, cuando se trata
de una violencia sexual o psicológica.
El cine ha reflejado siempre lo que la sociedad de
cada época ha vivido. Por ello también
ha recogido la
violencia doméstica. Ha aceptado,
como la propia
sociedad, la figura decorativa o
sumisa de la mujer, la dependencia de ella hacia el hombre. En otros casos, la
mujer ha sido libre, incluso dominante, aventurera, malvada. La
gran pantalla
también ha reproducido
el lenguaje sexista,
imponiendo la violencia verbal de una
sociedad dominada por la cultura y la ley del varón: se presenta a la mujer
como simple objeto sexual para expresar
la desigualdad de género, la
superioridad de un sexo sobre el otro;
se muestra a
las niñas como
aprendices del fracaso:
aprenden a ceder,
pactar, cooperar, entregar, obedecer, cuidar... sin alcanzar éxito ni
poder. Las mujeres quedan, en definitiva, relegadas al espacio doméstico de la
familia.
La violencia hacia la mujer no se queda en
la pareja, el cine la filma en el trabajo, en
forma de acoso;
y en la
calle, como prostitutas
maltratadas por policías
y chulos, pero también
muestra, en todos
los contextos posibles,
la tortura y
las violaciones sexuales, la
persecución, la presión emocional, las desapariciones, el encarcelamiento e
incluso la muerte.
No queda exento
el tratamiento pornográfico de
muchas películas, que ensalza
la mujer como
simple objeto de
placer, llegándose incluso
al asesinato filmado.
Algunos ejemplos de escenas machistas en
el cine son:
Grease: El filme comienza con lo
que se intuye como un perfecto romance de verano entre Danny y Sandy. Sin
embargo, el tóxico mensaje de la película es que la protagonista debe renunciar
a su personalidad y estilo, tirar de pitillo y pintalabios, para convertirse en
una ‘malota’ que vuelva a conquistar a un tipo que ha estado menospreciándola
durante todo el metraje. Por no hablar de la relación entre Rizzo y
Kenickie, de quien se enamora a pesar de tener que oír cosas como que solo
pagaría 25 centavos por ella. No hay nada que celebrar en la última escena.
Chicas, ellos no se merecen ser the
one that you want. El diario de Noa: Existe una
línea muy fina entre el apasionado y persistente enamorado y el acosador
desagradable, y una de las historias románticas más veneradas de este siglo sin
duda se mueve errática entre ambos terrenos. Por ejemplo, la única forma que
tiene el personaje de Ryan Gosling de conseguir una cita con el que interpreta
Rachel McAdams es chantajeándola, subiéndose a una noria de feria en marcha y
poniendo en peligro su vida hasta que escucha un intimidado ‘sí’. Por no hablar
de la cuestionable salud mental de alguien que escribe una carta diaria a un
interlocutor que no le responde y que a pesar de todo decide seguir
insistiendo. Para la BBC, este es uno de los casos más evidentes en los que la
cultura pop ha romantizado el acoso sexual.
CONCLUSIÓN:
La
violencia hacia la
mujer ha estado
presente en el
séptimo arte prácticamente desde sus inicios,
constituyendo un reflejo casi podríamos decir fiel de la realidad. El
propio lenguaje cinematográfico ha
evolucionado al mismo
tiempo y ritmo
que la sociedad, creando
y ajustando estereotipos,
pero también descubriendo
visiones que tienen mucho que ver
con la situación actual de la mujer. El
cine está dominado
por las ideas masculinas y valores tales
como el poder,
el sexo, la
violencia o el
dinero.
Pero,
si bien es
cierto que la
mujer aparece en
numerosas ocasiones como
objeto de deseo masculino,
como complemento de sus
hazañas o con
el fin de
alterar su existencia; también lo
es que, desde los primeros tiempos, la mujer ha ocupado un lugar
independiente. En la
actualidad existen infinidad
de películas, muchas
de ellas
realizadas
por mujeres también en
los países más
pobres, en los
que la mujer desempeña una función destacada, como
protagonista
independiente o como crítica con la
sociedad.
CLARA
ALCARAZ SÁNCHEZ 1D.BACH
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Profesora, en la ultimas frases den la conclusión no se porque se baja .
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